Un Camello para el desierto
23 de October de 2006. Escrito por Marcela.Hildesheim, 23 de octubre de 2006
Mi muy querido papa:
No cabe duda que dÃa a dÃa uno debe ir teniendo la alegrÃa de vivir y refrescar siempre los sueños que quiso cumplir. El miedo frente a lo desconocido aveces paraliza pero las buenas lecturas de personas que antes que nosotros ya estaban en situaciones parecidas animan.
Hoy empezaron las clases en la “U” pero mis materias son de martes a sábado por lo tanto mis clases como tal serán mañana. Quede un poco de “vacaciones” todavia pero esta mañana me paralice, lo más hermoso es que el Mau me ayudó. Claro que uno quiere un compañero de vida fuerte y que siga a pesar del desaliento de uno y eso fue lo que ocurrió, pero también sabe Dios que aveces somos ambos los que nos desanimanos pero los dos nos agarramos del otro para salir y lo hacemos.
Me va bien una lectura que va bien con este capitulo de la vida, las decisiones que se han tomado con alegria perduran si uno mantiene la alegrÃa. Estas decisiones pueden ser un largo desierto y mi autor espiritual preferido Carlos Vallés, dice que en estos momentos de “desiertos” lo más seguro es ir en un camello que tranquilamente, sin velocidad cruza y lleva al viajero a su destino. Al contrario que el caballo, que en estos paisajes no aguantarÃa.
Creo que todos en la vida tenemos momentos difÃciles que son como atravezar desiertos largos, muy calurosos y desolados pero no hay nada como mantener la calma, las ganas y recordar siempre porque se tomó la desicion de hacerlo.
Además me acorde de ti y lo que decÃas acerca de las preocupaciones “que las cosas se arreglan en el momento que deben hacérselo”. Alguna vez te conté que no podia dormir y dijiste “pero podrÃas arreglar lo que piensas a las 2 de mañana” la respuesta definitva era no. Entonces dijiste duerme, que quien descansa bien tiene al dia siguiente mejores ideas de como resolver sus problemas. Disfrutar el presente, disfrutar lo que se hace! Camimar cuando se camina! Comer cuando se come! Parece fácil pero complicado en la vida cotidiana de ejercerlo, pero en eso andamos empeñados.
Te quiero,
Marcela
Pd. Ademas recibir cartas de los amigos son como abrazos especiales. Agradezco mucho a todos los que me escriben, de verdad que me dan aliento y muchas ganas de vivir.