Año 2009

31 de December de 2008. Escrito por Marcela.

Hola papá:

Ha pasado algún tiempo desde que deje de escribirte, debo confesar que me dio pena sentir que me iba “acostumbrando” a tu no presencia y me dio miedo confesarlo. Lloré bastante pensado en que era una mala hija, que se estaba olvidando del gran padre que tuvo. Afortunadamente mi terapeuta personal, mi Mauri, me escuchó y luego de desahogarme me di cuenta que el duelo es un proceso. Al incio de no aceptación que dura un buen tiempo y ahora de una resignación que da paz. No cabe duda que me apena mucho cuando vea a papás con sus hijas y pienso en todas las cosas lindas que pasamos y la falta tremenda que me haces. En todo caso el tiempo es un buen amigo para las penas y puede uno con más serenidad ver el pasado.

Mi mamá te extraña sobre todas las cosas pero ella es una fuente de fuerza que nos invita a mis hermanos y a mí a seguir adelante. Fue feo algunas cosas duras y mal intencionadas que le dijeron como que “cuando una mujer ha querido intensamente a su marido se muere casi enseguida”. ¿Quién peude dudar del amor que se tuvieron? Lo único que acerté a decir ante semejante cosa fue que nosotros sabíamos y que lo que digan los demás no importa.

Padre del alma a pocas horas de comenzar un Nuevo Año y como era tradición en la familia nuestra, quiero abracerte profundamente y pedirte la bendición para todos y que nos des ánimo, alegría, perseverancia, tenacidad, cariño, paciencia, amor para que sepamos sortear inteligentemente cualquier crisis y reto.

Te quiere,

Marcela

Pd. Tus nietos están hermosos.